La Arqueta de San Martiriano de Banyoles incluye ya todas las figuras que se han podido recuperar hasta ahora, y el pasado 19 de octubre, durante la celebración del Oficio Solemne de la Fiesta Mayor, se pudo contemplar en el monasterio de Sant Esteve. Las dos últimas piezas, las de Santa Ana y San Cristóbal, se recuperaron el pasado año y desde abril estaban en Madrid para ser restauradas. Los trabajos han tenido un coste de 4.000 euros y han consistido en retirar la sulfuración y la suciedad acumulada sobre los elementos de plata, se han corregido las lagunas de colero y se ha aplicado una capa de protección. La restauración ha corrido a cargo del Instituto de Patrimonio Cultural de España, a petición de la Dirección General de Bellas Artes. La actuación por parte de una empresa especializada se realizó in situ en las dependencias del Museo Arqueológico Comarcal de Banyoles, para minimizar los riesgos de manipulación y traslado del conjunto y garantizar la estabilidad de la prenda.
Ambas piezas se recuperaron el año pasado en Londres y Bruselas. La figura de Santa Ana con la Virgen y el Niño estaba en un estado de conservación estable, pero con opacidad y oscurecimiento de la superficie metálica por sulfuración de la plata. La representación de San Cristóbal con el Niño, además de estas alteraciones descritas en la figura de Santa Ana, presentaba algunas deformaciones en la figura del niño y en las piernas del Santo, así como algunos cortes y soldaduras con pérdida de color. Es posible que alguna de estas dos figuras fuera modificada en alguna de las intervenciones del arca documentadas en 1734 y 1806. Con esta actuación, también se ha aprovechado para realizar tareas de mantenimiento y conservación preventiva en la Arqueta, limpiando áreas puntuales de sulfuración de la plata surgidas por el envejecimiento del barniz protector.
La Arqueta de Sant Martirià es una obra maestra de la orfebrería gótica del siglo XV de una gran complejidad iconográfica realizada en el taller de los Artau. Está trabajada en plata sobre un alma de madera de ciprés que representa un templo cristiano de estilo gótico, enriquecida con la presencia de relieves de figuras de Sants y mártires insertados en hornacinas. Estas figuras también están hechas en plata con detalles sobredorados y policromía en las carnaciones.
El 12 de enero de 1980, René Alphonse van der Berghe, conocido con el apodo de Éric el Belga, robó las 28 figuras que adornaban la Arqueta entrando en el Monasterio de Sant Esteve de Banyoles. Tras una progresiva recuperación, se han recuperado 23 de las 28 figuras desaparecidas.
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