La Catedral de Girona acogió, ayer viernes, 31 de marzo, por la mañana, una misa en memoria del obispo Francesc Pardo i Artigas, fallecido hace justo un año. Presidió la celebración el administrador diocesano, Mn. Lluís Suñer, y concelebraron una veintena de presbíteros, asistidos por dos diáconos. También estaban presentes los hermanos y familiares cercanos del obispo. La Capilla de Música de la sede, dirigida por Mn. Frederic Pujol, acompañó en la parte musical.
En su homilía, Mn. Lluís Suñer manifestó, sobre el obispo Francesc, que “le queríamos y le hemos echado de menos”. Remarcó que esta celebración "nos puede ayudar a pensar de una manera serena sobre la muerte", evocando unas palabras de un monje de Montserrat pocos días antes de morir, en las que señalaba que "Dios llama siempre; pero son llamadas a la paciencia, a la esperanza, a la paz. Dios no se lleva a nadie; Dios acoge. acogimiento del Padre del hijo pródigo, de ladrón que muere junto a Jesús, de la oveja perdida o de la samaritana".
"Si viéramos la muerte de esta manera -indicó el administrador diocesano-, cuando llegue, a pesar de ser dolorosa, no será tan traumática” y enlazaba esta actitud con el lema episcopal del obispo Francisco: "para que tenga vida".
Al finalizar la celebración, oficiantes y fieles se trasladaron hasta la sepultura del obispo, que estaba rodeada con el cirio pascual, cuatro grandes candelabros y sobre la losa dos ramos de flores, donde se hizo una oración que cerró la celebración.
Fotografías: Àngel Almazan
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