
Este pasado domingo, 11 de junio, la Iglesia celebró la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, el Corpus Christi. En la Diócesis de Girona, uno de los centros neurálgicos fue, como cada año, la Catedral. "El sentido de la solemnidad del Corpus va mucho más allá de la tradición: celebramos la comunión con los hermanos, especialmente con los hermanos más necesitados". Son palabras del presidente del Capítulo de la Catedral de Gerona, Mn. Jaume Julià, durante la homilía de la misa con motivo de Corpus en la sede gerundense, que fue concelebrada por una docena de presbíteros, asistidos por dos diáconos.
Al finalizar la misa, fue el turno del bestiario popular, con la entrada del águila, llevada por los miembros de la Falera Gerundense, que se situó -danzando- frente a la custodia, para seguidamente arrodillarse en ella de señal de respeto. Fue entonces cuando se inició la procesión, también encabezada por la Falera, con salida por la puerta principal.
Tanto en la parte posterior de la nave, como también durante el recorrido de la procesión hasta la basílica de Sant Feliu, se pudo disfrutar de las tradicionales alfombras de flores, elaboradas por miembros de las diferentes cofradías de Semana Santa de la ciudad, convocados por la Junta de Cofradías. Llegados a Sant Feliu, se hizo una oración eucarística y la bendición solemne con el Santísimo, así como la posterior reserva.
Otras poblaciones de la diócesis también celebraron la solemnidad de forma destacada como Olot, Lloret o Blanes.
Fotos: Àngel Almazan
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