El Obispado de Girona, propietario del edificio del Casal Bisbe Cartañà, se ha encontrado inmerso en la polémica surgida, hace unas semanas, con motivo de la negativa del Ayuntamiento a seguir pagando el alquiler de la parte del edificio que acoge el Instituto Ermesenda de Girona. El Obispado, enterado de esta situación a través de los medios de comunicación, se ha reunido con todas las partes afectadas -Educación, Ayuntamiento y familias- para conocer de primera mano la voluntad de cada una.
Ante esto, el Obispado de Girona quiere expresar, en primer lugar, la preocupación por la situación que están viviendo las familias ante la incertidumbre en la que se encuentran. En este sentido, se pone a su lado e invita al Ayuntamiento y la Generalitat a encontrar una solución.
Desde el Obispado se quiere recordar que el alquiler de este espacio del Casal Bisbe Cartañà tiene su origen en el año 2014. El Ayuntamiento no disponía del terreno que debía ceder a Educación para construir el nuevo instituto, y con la voluntad de resolver este problema se acordó el uso del Cartañà y del pabellón de Sant Josep como equipamiento. Se pactó un alquiler por debajo del precio de mercado, de 10 años de duración prorrogable, y que iba en función de la ocupación: Educació disponía desde el principio del edificio -2.300 metros cuadrados- y el alquiler aumentaba a medida que crecía el número de alumnos.
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