La Catedral de Girona acogió, la semana pasada, y por octavo año consecutivo, la Consueta de Sant Jordi . Se trata de una obra teatral a partir de un texto mallorquín de origen desconocido del siglo XVI editado modernamente en 1957 por el escritor Josep Romeu y que se viene representando desde el año 2017. Este año se ha podido ver en tres ocasiones, el jueves para las escuelas y para personas de la tercera edad, y el viernes. En estas tres sesiones se calcula que ha pasado unas 950 personas. Uno de los espectadores ha sido el obispo de Girona, fray Octavi Vilà, que ha asistido por primera vez, acompañado por el vicario general, Mn. Lluís Suñer.
La presencia del dragón de los Diablos del Onyar, el san Jorge a caballo y el acompañamiento musical son algunos de los elementos más espectaculares de la obra que se representa en un marco incomparable, en el centro de la nave, muy cerca del público. Bajo la dirección de Guillem Fernández-Valls, la producción corre a cargo del Capítulo de la catedral de Girona.
Como el año pasado, la actividad se ha enriquecido con una conferencia, en este caso sobre heráldica con una conferencia de Pere Francesc Puigderrajols i Jarque, diplomado en heráldica y gran conocedor del conjunto heráldico de Girona que habló sobre el "Origen de los esmaltes del escudo de heredero de la ronda de la ronda".
El espectáculo ha sido organizado por el Capítulo de la catedral de Gerona, con el apoyo de la Generalidad de Cataluña, la Diputación de Gerona con la colaboración del Obispado de Gerona, el Ayuntamiento de Gerona y la catedral de Barcelona (que han cedido la imagen de la portada del libreto y publican un artículo).
Fotografías: Pere Quevedo
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