
El domingo 7 de julio, la iglesia de Sant Salvador de Horta de Girona acogió una misa en recuerdo de los 50 años de la muerte de Mn. Joan Pons i Ribas, quien fue primer párroco de la parroquia. La celebración fue presidida por el obispo de Girona, fray Octavi Vilà, y concelebrada por el vicario general, Mn. Lluís Suñer, entonces vicario de la parroquia; Mn. Benet Galí, actual párroco, y Mn. Josep Balateu, párroco entre 1974 y 1978.
«Gente profética, voces proféticas, siempre hay», señaló el obispo de Girona durante la homilía, y añadió: «Seguramente a lo largo de los cincuenta años y pico de historia de esta parroquia de Sant Salvador de Horta ha pasado más de una, de voz profética; más de uno ha tenido el Espíritu en su interior, un espíritu que le ha hecho levantar y le ha hablado, tal y como nos ha dicho el profeta Ezequiel». «Un profeta no es tal para que él se lo crea, tampoco porque otros lo definan como tal, lo es porque actúa y vive guiado por el Espíritu», recordó también. En este sentido, indicó que «a veces tenemos a nuestro lado voces proféticas que se expresan de formas diversas: ahora en unos movimientos, ahora en un Sínodo, ahora en los jóvenes, ahora en los mayores; necesitamos tener siempre el oído atento y el corazón abierto a estas voces y no descartarlas antes de escucharlas».
Recordando a Mn. Joan Pons, el obispo señaló que «su prematura muerte, a los cuarenta años, el 8 de julio de 1974, estroncó lo que sin duda habría sido una labor pastoral fructífera para esta parroquia y para toda la Iglesia de Girona. El Señor sabe el cómo y el porqué de cosas que a nosotros nos parecen incomprensibles, pero, en este caso, testimonio de la estima que aquí se ganó es que la calle donde está ubicada lleve su nombre». Y añadió: «Una parroquia no es obra de una sola persona, ni mucho menos del obispo que la erige. Una parroquia es, ante todo, una comunidad, una pequeña Iglesia local, que con la aportación de cada uno de sus integrantes se va formando y consolidando. Entre todos forman la Iglesia».
Finalmente, y dirigiéndose a los fieles presentes en la celebración, el obispo les pidió: «Nunca pierdan los recuerdos de sus primeros años, son como un signo de identidad que con la memoria de quienes han servido esta comunidad parroquial, encabezados por Mn. Joan Pons, son las piedras vivas de la verdadera Iglesia».
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