
Con motivo del próximo Año Jubilar 2025, que ya ha empezado oficialmente en Roma y que lo hará mañana domingo, 29 de diciembre, en nuestra diócesis, le ofrecemos unas nociones básicas sobre los jubileos, a cargo de Mn. Joan Baburés, delegado de Liturgia del Obispado de Gerona.
¿Qué es un Jubileo?
La palabra Jubileo viene del hebreo y significa el toque del cuerno que se empleaba para anunciar eventos importantes. Aún en muchos pueblos de nuestras comarcas hemos visto el "nuncio" que al toque de corneta avisaba de algunos hechos relevantes.
El pueblo de Israel tenía la costumbre de celebrar cada siete semanas de años (7x7=49 años) un «Jubileo», anunciado a toque de cuerno, para hacer lo que recomendaba el libro del Levítico de consagrar ese año a Dios y volver de algún modo a recomenzar (Cfr. Lv 25,8-14).
Jesús en la sinagoga de Nazaret retoma el tema y anuncia un año de gracia del Señor (Lc 4, 16-19).
Es desde esta perspectiva que los Papas de Roma también, desde el siglo XVI, reanudan la idea y convocan un Jubileo cada 50 años, coincidiendo con los años del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Más adelante, esta costumbre se hace más asequible y se convoca el Jubileo cada 25 años.
Pío XII lo convocó en 1950. Pablo VI lo celebró en 1975. Todos podemos recordar perfectamente el gran Jubileo del año 2000, bajo el pontificado de Juan Pablo II. Y ahora el papa Francisco nos ha convocado a celebrar el Jubileo correspondiente al año 2025 después del nacimiento de Jesús.
¿Qué se pretende?
Se trata de celebrar el cumpleaños del Nacimiento de Jesús. Pero sobre todo se trata de recordar que él vino a salvar a la humanidad. Por eso, la peregrinación a las basílicas de Roma, a las tumbas de los apóstoles, son una invitación a renovarse interiormente para que los Sacramentos nos purifiquen más y nos esforcemos en llevar una vida más conforme a la voluntad del Señor.
Los últimos jubileos, y éste no es excepción, no se han centrado sólo en la peregrinación a Roma, sino que también se ha concedido que en cada iglesia particular, en cada diócesis, se puedan obtener las gracias del Jubileo.
¿Qué sentido tiene actualmente?
Como siempre, el sentido del Jubileo viene dado por el hecho de que «Dios quiere salvar a toda la humanidad» y la Iglesia, que es la administradora de estos dones de salvación, los pone más al alcance de cada fiel. Ni que decir tiene que el sacramento de la penitencia, acompañado de la conversión personal, es la gran finalidad de cada Jubileo.
Pero también se le ha dado a cada Jubileo un tono especial. El de este año 2025, por deseo del papa Francisco, se ha llamado Jubileo de la Esperanza.
Con la Fe y la Caridad, la virtud de la Esperanza completa el tríptico de las llamadas virtudes teologales. Y si bien hablamos muy a menudo de la Fe y de la Caridad, conviene que ahora nos fijemos un poco más en la virtud de la Esperanza.
La Esperanza es aquella virtud que nos hace desear lo que todavía no tenemos, pero que estamos ciertos que poseeremos. Cuando se tiene esa certeza, esa esperanza, todo queda relativizado y queda apuntalado sólo por el único puntal firme de verdad, que es Dios mismo.