
La catedral de Girona da testimonio del protagonismo femenino en las artes y la política, antes del primer milenio. Es el resumen de la conferencia que pronunció Joan Piña, director del Tesoro de la Catedral, titulada: "De la Catedral de Carlomagno a la de Ermesenda: un legado de objetos milenarios". Fue el pasado martes 21 de enero en la biblioteca Carles Rahola, organizada por el Instituto de Estudios Gerundenses y el Museo de Historia de la Ciudad.
Entre las piezas a destacar, anteriores al cambio de milenio, señaló la ahora románica del altar mayor, de un único bloque de mármol posiblemente de Carrara, así como la Silla de Carlomagno, la actual cátedra episcopal, y que podrían ser realizadas por unos artesanos de Elna. Destacó especialmente la singularidad del relicario de plata del altar mayor situado en una arqueta en la columna de base y también la arqueta musulmana de plata repujada, una pieza única y que se ha exhibido en préstamo en diferentes exposiciones. Insistió especialmente en el valor artístico y testimonial del Beatus, uno de los pocos que contiene iluminaciones a doble página y en el que figura la primera imagen conocida en Europa del apóstol Jaime el Mayor.
La última parte de su intervención la centró, primero en la mujer artista que firma la estola dicha de San Narciso y la figura de la condesa Ermesenda, de la que mostró detalles del anillo/sello y la sepultura que presenta la más antigua enseña catalana conocida hasta la fecha.