
Este pasado martes 11 de mayo tuvo lugar una nueva edición de la Jornada diocesana de presbíteros y diáconos (podéis ver el vídeo completo de la jornada bajo la noticia o haciendo clic aquí ) , en esta ocasión por vía telemática. Tras la oración inicial, a cargo de Mn. Joan Baburés, el obispo Francisco presentó al ponente, el economista Jaime Atienza, miembro del equipo de desarrollo humano de Oxfam Intermón, y que ha trabajado desde hace años en este ámbito en países del continente americano y africano. Conoce directamente las situaciones derivadas de los desequilibrios de las crisis políticas, económicas y climáticas que sufren estos territorios y, por su profesión, los efectos económicos y humanos que todo ello comporta. El obispo agradeció la disponibilidad del conferenciante para compartir estas experiencias.
«La pandemia: contradicciones éticas, sociales y económicas. Qué deberíamos mejorar»
Jaime Atienza inició su intervención reconociendo que los efectos de la Covid-19 han derivado en una transformación global, como la propia pandemia. Ahora, con cierta perspectiva, esta transformación invita a formular unas reflexiones en el ámbito de la sociedad, de las empresas y de los gobiernos, dado el alcance de sus consecuencias éticas, morales, políticas y económicas. Atienza señaló que lo haría en seis puntos:
1. Cómo estábamos
2. Los impactos provocados por la pandemia
3. Comportamientos sociales
4. Las respuestas dadas
5. Retos y efectos planetarios
6. ¿Qué debería cambiarse
La situación previa a la crisis de la Covid-19 ya manifestaba una evidente desigualdad en la distribución de la riqueza de la humanidad, hasta extremos como poco más de un centenar de personas gestionan la mitad. Este desequilibrio agudiza las carencias, a pesar de los importantes progresos que en muchos ámbitos se han alcanzado en las dos últimas décadas, muy superiores a las conseguidas en los dos siglos anteriores. Muchas veces este progreso ha derivado en un consumismo desaforado, en desigualdades por razones de raza y en la tendencia a inquietarnos ante las cosas y las personas que nos parecen distintas.
En el segundo punto, Atienza señalaba que el choque provocado por la pandemia ha generado preguntas como «¿tan mal lo estamos haciendo para merecer esto?». Este hecho nos ha ayudado a reflexionar ya darnos cuenta de que tenemos unos límites, pero también ha hecho surgir actitudes negativas, como la de los grupos negacionistas y la deriva de los países más ricos al acentuar sus defensas sociales y sanitarias en detrimento de los pobres. Atienza mencionó también la llamada «guerra de las vacunas».
En cuanto a los comportamientos sociales –el tercer punto– hemos vivido una sensible bajada de la actividad económica y comercial, con efectos laborales negativos. Se cree que recuperar el ritmo anterior puede durar diez o más años, pero muchas de las grandes empresas ya lo han hecho, lo que ha provocado un incremento de los desequilibrios sociales y económicos.
¿Qué respuestas pueden ofrecerse a esta realidad? Algunas pueden ayudar, como es el caso de las aportaciones de los fondos europeos, pero deben destinarse a potenciar las economías sostenibles. También es necesario ayudar al desarrollo científico y facilitar recursos a los países en vías de desarrollo para evitar que les ahogue su endeudamiento. Los retos derivados de la Covid-19, como la propia pandemia, son planetarios, agudizados en los colectivos más débiles, sean países o segmentos sociales o incluso continentes enteros, donde la recuperación será mucho más lenta porque se pueden agudizar las diferencias entre los sectores sociales.
Jaime Atienza concretó los cambios deseables en el último punto, a partir de la humanización de las medidas a tomar, que deben ser solidarias y dirigidas a proteger el bien común, sostener las economías verdes, corregir las desigualdades y afianzar el compromiso social. Podrían ser las mejores y más positivas lecciones que la humanidad ha recibido en este último y largo año.
Tras esta intervención, el obispo Francisco agradeció la clara y sincera reflexión que había querido compartir Jaime Atienza, e invitó a los participantes en la Jornada desde la distancia a trabajar para aplicar en cada ámbito pastoral estos cambios deseables. Finalmente, les deseó una buena Pascua de Pentecostés.
Ver el vídeo completo de la jornada: